El joven quiere sacar el año que viene un trabajo con otros dos autores inspirado "en la niebla perpetua que tenemos en Llanera”
Llanera se rapea a ritmo de hip-hop y resuena bien lejos de la mano de una de las estrellas emergentes del concejo en este estilo musical: El Gordo Sam, un chaval de 27 años de Posada que llena en los escenarios, ya tiene numerosos trabajos grabados y aspira a comerse el mundo musical. En realidad se llama Samuel Martínez Ruisánchez, y la afición le viene de lejos, casi por “culpa” de su hermana.
“Escucho rap desde que soy muy pequeño, con un mp3 que me prestó ella. Empecé a escribir canciones y ya en serio en el año 2020”, relata. Y desde hace un par de años “considero que hacemos las cosas todo lo bien que se puede”, asegura con humildad para explicar que lo suyo ya va en serio y de forma profesional. Porque desde que comenzó estaba claro que despuntaba. “Empecé con un micrófono de 15 euros que me compré en Amazon, y un amigo me dijo: tira eso y compra un micro decente porque tienes talento”. El amigo se llama en su mundillo Lotus Flame, se ofreció a hacerle mezclas y masterizar y ahora es su productor y manager. “Seguimos juntos y hasta donde lleguemos”, cuenta Samuel, quien no deja pasar la oportunidad de agradecer “a mis amigos que me motivaron a hacerlo, y aquí seguimos”.
El hip hop es un mundo de códigos específicos, en el que “lo más difícil de rapear es sentir lo que rapeas, tener cosas que decir, no sirve rapear por rapear. Al final la persona que lo escucha lo nota mucho, yo creo que es lo más complejo. También hay que darse tiempo para vivir cosas y poder contarlas en las canciones. Expresar es lo más complicado del rap”, dispara el Gordo Sam. Sin más consejo que “hay que darle mucha caña, escribir muchas cosas que nunca vas a sacar para poder llegar a un nivel en el que estés suelto, al máximo”. Últimamente “escucho poco rap, depende de la época”, relata. Sus referentes son Nach y Kase O, y “ya de más mayor me empezó a gustar mucho Canserbero, es mi mayor referente y son muy fan, es mi ídolo aunque no esté entre nosotros, sigue inspirando a miles de personas y soy uno más de ellos”, asegura el rapero.
Lleva Samuel con orgullo las dificultades de su estilo que “siempre muy diferente a otros géneros, porque en el rap siempre se exigía que el rapero escribiera sus propias canciones, que tuviera su esencia, que lo hubiera hecho él, lo viviera y lo contara”. No en vano, el rap tiene un componente fundamental de protesta, de “quejarte por las cosas que te queman y no están bien en tu país y tu mundo. Creo que por eso me enamoré desde el primer contacto”, asegura el artista.
La evolución musical de los últimos años no le es ajena, pero considera que “el hip hop siempre va a estar entre los más jóvenes, aunque hoy en día lo acompañan otras muchas músicas que no había antes como el ‘drill’ o el ‘trap’. Comparte lugar con otras músicas, por eso ahora se llama música urbana aunque antes solo era hip hop”, reflexiona. Y después de 50 años de historia “seguirá sumando, siempre estará ahí”.
Abrirse camino “siempre es complicado, pero como en cualquier otro estilo”, asegura. Cada vez hay más personas que lo intentan, “y es difícil”, reconoce. Pero se aplica la máxima que le enseñó su colega Lotus Flame: “No hay que buscar el ir por encima de nadie, hay que procurar fijarse en los mejores, mirar a los que lograron lo que tú quieres lograr e intentar hacerlo todo lo bien y profesional que puedas”. Y a partir de ahora, “mi meta es vivir de la música, si lo consigo genial y si no, habré disfrutado de todo el camino”, apunta con sencillez.
En sus vitrinas cuenta con numerosos singles, y en 2022 sacó un álbum con diez canciones titulado “Dealer” “del que estoy muy orgulloso, porque hemos trabajado mucho y hecho muchas cosas”. El Gordo Sam es miembro del colectivo de cyphers HNS (un grupo de raperos que colaboran de forma espontánea para improvisar en público) creado por un rapero argentino, Alian Ki, miembro de Nativos Crew. Y el año que viene quiere sacar “una mixtape (recopilatorio) con otros dos chicos de aquí, inspirados en la niebla perpetua que tenemos en Llanera”, señala con ilusión en lo que se viene.
Y aunque las cosas le van bien, echa mano de su autenticidad para soltar que “falta apoyo al género, pero también seriedad por parte de muchos raperos y productores". "Si lo haces mal y corriendo se ve desde fuera, y la gente que te pueda apoyar económicamente no lo va a hacer. Tenemos que tomárnoslo en serio porque a veces es culpa nuestra. En el rap, en el norte faltan muchos mecenas, pero así seguimos. Hay que trabajar más y quejarse menos”, dice. Palabra de rapero.
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