El Festival "Escena Moza" presenta en el teatro ovetense a los asturianos "La 36" y "Guaja y Ely" y a la angoleña Pongo
La teoría de que el rap y el hip hop es el nuevo rock, la música elegida por los jóvenes como forma de rebelión y de revelación, se sustentó ayer un poco más en el teatro Filarmónica de Oviedo dentro del Festival "Escena Moza". El coliseo ovetense se abrió a los más jóvenes y a sus formas de expresión. Lo hizo con una propuesta que pretende ser "accesible, diversa, inclusiva y participativa", como anunció al inicio Carlota Fernández-Cid, presidenta del Conseyu de la Mocedá de Oviedo.
El colectivo "La 36", representado ayer por Prometeo y Dj Jota, abrió la noche. Prometeo sentó las bases: "Si alguien no conoce el rap, mi labor esta noche es que le guste a partir de ahora" y lo hizo con las cosas claras, "el micro es mi bandera y la tarima mi patria". Canciones con letras llenas de drogas, de muerte y con críticas sociales: "Si Cristiano es tu dios, eres un payaso".
Prometeo entregó todo en lo físico y en lo psíquico. En alguna ocasión se emocionó sobre el escenario y su pose de tipo duro dejó ver de dónde salen esas letras en las que además de las drogas, la muerte y las calles del Oviedo antiguo también hay mucho amor. El rapero se siente, como el mismo dijo, como Leopoldo María Panero. El poeta fue una de las referencias que Prometeo incluyó en su discurso en el que también hubo lugar especial para Jim Morrison. Casi una hora en el escenario del Filarmónica para presentar su propuesta. Hoy mismo lo hará en el hotel de asociaciones Santullano, donde a partir de las siete de la tarde impartirá un taller de rap.
Prometeo dejó el escenario, pero el Dj volvió a los pocos minutos a ocupar su puesto para acompañar a Guaja D y Ely Swing, dos chicas ovetenses que han decidido trabajar juntas y que sirvieron para reivindicar el papel de la mujer en el rap y en la música en general. Fue rap femenino y feminista que calentó a los asistentes, no muchos debido al mal tiempo pero sí los suficientes para tener cierta sensación de fiesta. Un rap más de resistencia en las letras y más ecléctico en las músicas con algunos toques de soul, rhythm & blues, reggae y hasta ciertas concesiones al pop, que ahora también se acerca al rap y a la electrónica. Las chicas no son nuevas, sus trabajos salieron por separado en 2013 y ahora riman juntas en los escenarios.
La noche acabó con Pongo, una auténtica joya de la canción africana mezclada con la esencia portuguesa. Pongo nació en Angola pero está afincada en Lisboa.
El festival continuará el próximo sábado en la calle Ignacio Álvarez Castelao, donde a las seis de la tarde se instalará "La COSA de chico-tropico", un estudio de sonido ambulante para registrar todo lo que suene.
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