Expertos en patrimonio, vecinos y comerciantes de El Antiguo exigen su eliminación. | El Ayuntamiento elabora un plan para controlar y eliminar las pintadas y, por otra parte, quiere renovar la imagen de la ciudad con la tradición muralista de los 80
En el casco histórico de Oviedo hay diez calles que han sido tomadas, literalmente, por pintadas y grafitis. Basta media hora para recorrerlas y observar como edificios protegidos, institucionales, históricos, bloques de viviendas, locales y comercios han sucumbido a lo que los vecinos consideran «actos vandálicos». Juan Carlos Aparicio es historiador de Arte y ha levantado la voz de alarma porque asegura que las pintadas se están acercando «peligrosamente» a la Catedral.
El ejemplo está en su entorno. El tránsito de Santa Bárbara, el Palacio Episcopal y la Corrada del Obispo están copados de grafitis. «Es una zona monumental protegida desde 1955. No solo hay que actuar contra el botellón sino también contra estas pintadas», asevera.
La solución es sencilla: «Hay que actuar de inmediato, eliminar las pintadas y controlar que no se vuelvan a producir», sentenció.
Sus argumentos tienen respuesta. El propio concejal de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández, reconoce y es consciente de la problemática. «No estamos de brazos cruzados», asegura. La Concejalía está trabajando en un dispositivo para eliminar y controlar las pintadas en la zona de El Antiguo, «aún no está cerrado pero actuaremos de la misma forma que hicimos contra el botellón», reconoce Fernández a este periódico.
El dispositivo se complementará con campañas de concienciación. «Tenemos una intención muy clara de atajar este problema. Se combinará con cuestiones de pedagogía cívica pero también tengo claro que más que una normativa que impida hay un derecho que respetar», matiza el edil.
La semana pasada, la Policía Local abrió dos procedimientos por pintadas en fachadas del casco histórico, con la consiguiente posibilidad de sanción por un quebrantamiento de la Ordenanza deConvivencia Ciudadana. «Hay una actuación policial continuada en este tema», explica.
«No hay que ser radical pero esto empieza a ser excesivo. Da imagen de dejadez», replica Juan Carlos Aparicio mientras se encamina a la calle Ildefonso Martínez, conocida popularmente como la calle ‘Sal si puedes’. Sus muros están cubiertos de grafitis. «No estamos acostumbrados a ver este grado de deterioro. Oviedo tiene un patrimonio histórico importantísimo que hay que poner en valor», reivindica.
Para Rafael Fernández, vecino de la calle de La Rúa, «lo de las pintadas es misión imposible». Se queja de que las administraciones públicas no dignifican El Antiguo. «¿Habrá un metro cuadrado que no esté pintado?», se pregunta.
Los comerciantes de la zona también sufren las pintadas. «Nos afecta porque aparecen en nuestras propias fachadas y somos nosotros los que las tenemos que limpiar con nuestros propios medios», afirma Cristina García, secretaria de la Asociación Comercio Oviedo Antiguo.
Exigen al Consistorio que elimine los grafitis de las portadas de sus negocios y medie para que no vuelvan a producirse. «Hace años el Ayuntamiento se ocupaba de eliminar los grafitis, ahora parece que no», apuntan desde la asociación de comerciantes de El Antiguo.
Limpieza gratuita
El Ayuntamiento dispone de un servicio de limpieza de pintadas en las fachadas de los edificios. Depende de Servicios Básicos. La web municipal recoge literalmente lo siguiente: «El Ayuntamiento dispone de un servicio gratuito de limpieza de pintadas. Para reclamar este servicio es necesario dirigir un escrito a la sección de Servicios Municipales y Medio Ambiente señalando la ubicación del inmueble y sus datos personales, nombre, apellidos, DNI, dirección y un teléfono de contacto».
La eliminación de los grafitis no es una cuestión sencilla. Lo asegura el responsable de una empresa dedicada a este trabajo: «Es complicado porque depende del soporte donde aparece, de la tinta utilizada e incluso del color del espray», afirma José Daniel Abad. Todo se complica si el grafiti ha penetrado en el interior de la piedra, en estos casos se trabaja con calor y con productos químicos. Si solo afecta al exterior, bastaría cualquier tratamiento abrasivo para su supresión. El presupuesto es variable. «Una intervención media en un edificio normal asciende a 600 euros. Pero actuaciones más complicadas pueden alcanzar los 6.000 euros», especifica Abad.
Iniciativas culturales
Como contrapunto a la problemática de las pintadas, el colectivo SOS Cultura junto a la Concejalía de Urbanismo y la de Cultura han planteado la apertura de un diálogo entre colectivos culturales y el Ayuntamiento para impulsar la recuperación de medianeras y la renovación de la imagen de la ciudad con arte urbano, en la línea de recuperar la tradición muralista en la que Oviedo destacó en los años 80 del siglo pasado. Barcelona y Toronto ya impulsaron esta iniciativa como contrapartida a los grafitis sin control.
No hay comentarios:
Publicar un comentario